martes, 14 de agosto de 2012

La asociación libre


Sigmund Freud dió el nombre de asociación libre a una regla que en un psicoanálisis el analista debe hacer que sea aplicada por parte del paciente (o, como se suele preferir llamarlo, el analizante); regla que se conoce también, dentro del psicoanálisis, como fundamental. La misma prescribe para el sujeto que emprende el tratamiento, y desde su inicio, el principio de decir todos los pensamientos que afloran mientas habla.

Según Otto Fenichel, que se refiere a la regla en su Teoría psicoanalítica de las neurosis, su objetivo es la eliminación, para el hablante, de los “fines conceptuales conscientes del yo” (probablemente fines conceptuales sea una traducción del término Zielvorstellungen usado por Freud). De este modo, no es posible seleccionar entre las ocurrencias que afloren, tal como es habitual en las conversaciones ordinarias. Así, la palabra libre que forma parte de su nombre no se refiere a una libertad en cuanto a lo que se dice, sino más bien de librarse de la actividad que preside la reflexión, a la que Freud en La interpretación de los sueños adscribe una “expresión tensa” y un “entrecejo arrugado” al contraponerle su “falta de mímica”. Al contrario, lo que prescribe es que no haya libertad para omitir los pensamientos que, derogada esa actividad que conlleva la reflexión, emergen.


Es por ello que Jacques Lacan, en su escrito Mas allá del “principio de realidad” se refiere a ella formulándola como la ley de no omisión. Pero agrega que ella es “incompleta sin una segunda, esto es, la ley de no sistematización”. Esta ley “concede, al plantear la incoherencia como condición de la experiencia, una presunción de significación a todo un desecho de la vida mental”; categoría en la que incluye a los relatos de sueños, los presentimientos, los ensueños diurnos, los delirios, los lapsus del lenguaje y las acciones fallidas. También podría decirse que dicha no sistematización es equivalente a la resignación de todo fin conceptual del yo, en el sentido de que cada una es condición de la otra.

El fundamento de un método (si se admite que así sea llamado) tal se basa, según Freud, en dos enunciados. A saber: que con el abandono de los fines conceptuales conscientes (bewußten Zielvorstellungen ) el decurso asociativo pasa a estar regido entonces por otras representaciones −no conscientes, claro−; y que ciertas asociaciones, que llama superficiales (oberflächliche), que se presentan entonces son el sustituto por desplazamiento de otras que se encuentran sofocadas (unterdrückte). Menciona entonces dos vorstellungen que hacen de Ziel y que no pueden ser depuestas. Una de ellas es lo relativo al tratamiento que tiene lugar junto a la aplicación de la regla (lo que permite inferir el nexo con las ocurrencias y el estado patológico) y la otra es la de su persona.

En Zur Einleitung der Behandlung Freud compara la asociación libre al comportamiento de un viajero que mirando por la ventana del tren describe a su vecino, ubicado en el pasillo, todo el paisaje que observa tal y como puede percibirlo, y advierte que sucede según los casos que la regla se aplique como si el paciente mismo se la hubiera impuesto, o que aseguran, tras escucharla, que no hay nada que se les ocurra, incluso también quienes preparan su relato. En cuanto a los que piden que les sea eximida la observación de la misma en relación a cuestiones puntuales como secretos de terceros o que se comprometió a guardar (secretos de estado por ejemplo de parte de un alto funcionario), Freud evoca otra comparación. Si tuviera lugar una razia en una ciudad, pero se exceptuaran determinados lugares (e.g. los templos) buscarían refugio en él quienes pudieran ser en otro caso aprehendidos. Del mismo modo, las vorstellungen fuera de circulación por la eximición interpuesta podrían dificultar la acción analítica. De todas formas, conviene notar que la manera de presentar su inexcusabilidad es secundaria respecto al que sea necesario que cumpla una función en el análisis, incluso cuando se lo haga en modo imperfecto (dada, por caso, la posibilidad no factilble de decirlo todo).

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