domingo, 30 de septiembre de 2012

Consonantes y vocales

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Según Trubetzkoy lo esencial de las consonantes es un "movimiento de la cerrazón a la abertura, con un máximo articulatorio entre los dos puntos" mientras que para la vocal "un movimiento desde la abertura con un mínimo articulatorio en su coyuntura".

En cuanto a lo articulatorio, lo característico de la consonante es establecer un obstáculo y vencerlo, mientras que en las vocales falta este obstáculo.

Considerado en el aspecto acústico, el sonido de la vocal se origina en las cuerdas vocales y tiene poco amortiguamiento. La onda de las consonantes, en cambio, no se origina al comienzo del resonador bucal (cuerdas vocales) y su amplitud y distribución se ven influídas por antirresonancias.

Respecto de lo perceptivo la vocal presenta un cromatismo nítido y la consonante no.

Desde un punto de vista funcional se distinguen por su comportamiento respecto de la sílaba: los fonemas que se encuentran en el núcleo son vocales y los marginales las consonantes. Semivocales es el nombre que se le dá a los que pueden desempeñas ambas funciones.


Así pues, tenemos dos rasgos, le vocálico y el consonántico. Los fonemas pueden tener los de un tipo, los de otro, de ninguno o de ambos (es extraño que una oposición dicotómica de presencia / ausencia engendre 4 en lugar de 2 posibilidades, no?). Así, además de vocales y consonantes tenemos líquidas (donde se presentan propiedades vocálicas y consonánticas); y glotales sin propiedad de ninguno de los dos (como la h aspirada).

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Vocales

Las vocales se distinguen por:

i: la localización (de la articulación) o el timbre (color).
ii: el grado de abertura o la densidad o difusión (acústica) .
iii: la nasalidad que da una resonancia suplementaria

Los 'sistemas vocálicos' pueden ser lineales si es que se reconocen diferentes grados de abertura o densidad (ii), pero no la localización o color (i); cuadrados en cuyo caso se distingue tanto (i) como (ii); triangulares, que con aquellos en los que se distingue (i) excepto en el caso del fonema más abierto.

El rasgo de localizacion (i) puede distinguir de dos maneras:

a) Entre vocales posteriores, donde la lengua se vuelve hacia el velo del paladar alargando la cavidad bucal (estas son graves: el formante es relativamente bajo) y anteriores en las que la lengua va hacia el paladar, acortando o dividiendo la cavidad (estas son agudas: el formante es relativamente alto).

b) Entre labializadas que implican el redondeamiento de los labios (y el descenso del segundo formante, de ahí que les se diga 'bemolizadas') y no labializadas caracterizadas por la retracción de los labios y la subida del segundo formante (por eso sostenidas).


En latín, ruso y japonés tiene lugar un sistema triangular:

u   i
 o e
  a

que distingue tres grados de abertura y en dos de ellos la posición de los labios, mientras que en el máximo de abertura no.

El número de grados presentes en el sistema del árabe clásico, en cambio, es de dos, siendo también triangular:

u i
 a

En el caso del griego medio se distinguen tres grados de abertura cuyo nivel mínimo distingue tres clases a su vez de timbre, dos en el medio y no distingue en el máximo de abertura:

u ü i
 o e
  a

lunes, 24 de septiembre de 2012

Complejo de castración y objeto del fantasma

En un comentario sobre el estudio que Freud dedica a die unheimlichkeit, Jacques Lacan identifica el Heim, que Freud muestra −tomando apoyo en los diccionarios− como equivalente al Unheim, con ese punto lo que en en su terminología denomina menos φ. Más allá de la imagen especular con la que se identifica el hombre, está ese punto situado en el Otro que denomina su casa. Este punto, agrega, no es simplemente el deseo como deseo del Otro o en el Otro sino también que el deseo entra en el sitio donde es esperado bajo la forma del objeto que es el sujeto exiliado de su subjetividad.

Plantea entonces “¿qué es el fantasma sino ein Wunsch, un anhelo, bastante ingenuo?”. Y asevera “Para expresarlo humorísticamente, diría que la fórmula del fantasma $ deseo de a puede traducirse desde esta perspectiva: que el Otro se desvanezca, se quede pasmado, ante ese objeto que soy, con la salvedad de que yo me veo”. Con lo cual se ve conducido a otro, i.e. “¿para qué puede servirle al neurótico el fantasma perverso?”¹.

Comencemos recordando que en el fantasma perverso, el a se encuentra donde el sujeto no puede verlo y el sujeto tachado en su lugar. Pero esto se pone de manifiesta debido al neurótico, y el uso que hace de él. Y su nota característica, citada en primer término, es que en el caso suyo, en fantasma se ubica todo en el lugar del Otro. Entonces ¿a qué fines le sirve a él? Pues bien, a los de defenderse de la angustia. Pero ese objeto a −precisa− que sirve para recubrir la angustia es también “el cebo con el qu retienen al Otro”. Y califica de 'uso falaz' del objeto al que recibe en el fantasma neurótico. Trasladas al Otro la función del a signifia, en este caso que tras él está la realidad de la demanda. Y la conocida frase “El verdadero objeto que busca el neurótico es una demanda que quiere que se le demnde. Quiere que le supliquen. Lo único que no quiere pagares el precio”².

De esto se ha deducido el “fantasma de la oblatividad” (deducción falaz también). Razonando: como no quiere dar nada −lo cual se relaciona con que su dificultad es del orden del recibir− si quisiera hacerlo todo andaría bien. A lo que responde que si algo que se debería enseñar al neurótico a dar es su angustia.

A partir de aquí retoma la cuestión de la angustia de la castración respecto de la cual había dicho que no es ante ella que recula el neurótico sino que la convierte en aquello que le falta al Otro.

El neurótico no da su angustia, pero comienza por dar sus síntomas, de los que habla en su análisis. Como no se le dá lo que pide (pide que le pidan, como dijimos), entonces empieza a pedir él “empieza a modular sus propias demandas”. Las cuales, agrega, ocupan entones ese lugar del Heim. Y llama a eso la primera entrada en el análisis. Y en el fondo de esta dialéctica tras todas las formas de demanda surge la relación de castración. “La castración se encuentra inscrita como relación en el límite de lcírculo regresivo de la demanda. Aparece ahí cuando, y en la medida en que, el registro de la demanda está agotado”³.

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1. Lacan, Jacques, Seminario X, diciembre de 1962.
2. Ibíd.
3. Ibíd.


lunes, 17 de septiembre de 2012

Las letras y el sentido

A diferencia de las palabras, a las que puede adscribirse cierto significado en cierta medida inherente (si no no serían posibles los diccionarios), las letras¹ carecen de tal. Sin embargo, no por ello dejan de significar. Su significado está en una mayor dependencia del contexto. Así, una letra puede significar todo un episodio lejanamente olvidado. Veamos un ejemplo.

En un caso, de una paciente llamada por Karen Horney X., se encontró esta última con que aquélla fue testigo de un coitus parental "en un tiempo en que su sentido de realidad estaba lo suficientemente despertado como para que le resulte imposible ya icorporar lo visto en una fantasía de una experiencia sufrida por ella misma"². Esta misma paciente se había visto desilusionada por su padre, quien le había cantado siendo niña una canción de amor, "¡pero era mentira!", se quejó después.

Su madre, siendo ella un niña, había tenido que comer sal debido a una afección pulmonar que X atribuyó, en su inconsciente, al comercio sexual mantenido por ella con su padre. Luego, siguiendo la forma lógica del razonamiento histérico, sacó las mismas conclusiones en reclamo de idénticas premisas: estuvo bajo la compulsión de comer cantidades de sal.

Escuchando a su analista, su oído reemplaza "nach der Enttäuschung" por "Nacht der Enttäuschung", es decir "después de la decepción" por "la noche de la decepción", lo que puso en la pista del acaecimiento de la escena de que fue testigo. Luego del lapsus, una asociación que evoca la ópera Tristán e Isolda incidió en el mismo sentido.

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1. Me refiero en realidad a los fonemas, pero omito la aclaración en el texto.
2. Cf. Horney, Karen (1922), On the Genesis the Castration Complex in Women.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Estadío del espejo y robótica

Es común creer que la computación y la robótica pertenecen al campo de lo simbólico. Una maquina puede manejar una estructura significante, pero parece dificil su cautiverio ante su imagen, o, como las mascotas, un reconocimiento de un amo que no se limite a ejecutar órdenes sino hacer cosa como plantear demandsa, etc.

Sucede que en Yale, lugar donde Freud dió sus conferencias americanas, se intenta que los robots tengan un yo, y se reconozcan ante el espejo.

Según un artículo periodístico, Justin Hart "trata de mejorar la robótica mediante la incorporación del «yo» en los procesos de razonamiento robótico".


Para lo cual, se afirma, le "enseña" a reconocerse en el espejo.

Link para leer el artículo.