Lacan postula en un determinado momento de su enseñanza la hipótesis siguiente referida a lo que da en llamar orden simbólico: "por cuanto se plantea siempre como un todo, como algo que forma por sí solo un universo −y que incluso constituye el universo como tal, en tanto que distinto del mundo−, debe estar igualmente estructurado como un todo, vale decir que forma una estructura dialéctica acabada, completa". Y resulta curioso que una hipótesis así pueda resultar desde osada hasta inaceptable, a partir de la huella que dejó en las concepciones sobre este tema él mismo. La completitud del mundo simbólico es considerada más bien como propia de lo que en otra época hubiera podido recibir el nombre de lo ilusorio.
sábado, 14 de septiembre de 2013
martes, 20 de agosto de 2013
De una cuestión preliminar a todo tratamieno posible de la psicosis, Lacan
En el invierno 57/58 Lacan redactó si
escrito De una cuestión preliminar a todo tratamiennto posible de
la psicosis¹, el cual por su puesto se vincula estrechamente con
su seminario sobre la psicosis. Está compuesto por cinco partes. La
primera, intitulada Hacia Freud, incluye una crítica al
abordaje teórico de la psiquiatría de su época, a la que emparenta
con una tradición de psicología escolástica, y opone una noción
de alucinación que extrae de un trabajo en el seminario citado que
toma aspectos de la lingüística saussuriana, viñetas de sus
presentaciones de enfermos y testimonios autobiográficos del célebre
Schreber, ilustre magistrado en la provincia de Dresden devenido
paciente psiquiátrico, de una gran cultura, consignados en sus
Memorias. En segundo lugar,
Después de Freud,
donde realiza de modo crítico el comentario de los publicado por Ida
Macalpine respecto al tema. Tras lo cual, Con Freud,
presenta dos esquemas (L y R) y los lineamientos generales con los
cuales tematiza él mismo la cuestión, articulándolo en Por
el lado de Schreber a una
lectura de las Memorias de un enfermo neurópata.
El escrito termina con un Postscriptum,
que se diferencia por no estar subdividido en parágrafos como las
otras partes. Allí se resume la concepción del “mecanismo de la
psicosis” llamado la Verwerfun
del Nombre del Padre, haciendo referencia al caso particular de
Schreber.
La “cuestión preliminar” está
delimitada por esa concepción que, dice Lacan “introduce la
concepción que hay que formarse de la maniobra, en este tratamiento,
de la transferencia”, pero el escrito se abstiene declaradamente de
ir más allá.
1 Publicado en 1959 por La
Psychanalyse, en español fue
editado en Escritos II
por SXXI
viernes, 16 de agosto de 2013
Influencias en el legado de Freud
Un artículo
del New
York Times se titula: "Freud Is Widely Taught at
Universities, Except in the Psychology Department ". Algo así
como: "Freud es ampliamente enseñado en las universidades, con
excepción del Departamento de Psicología".
No parece un mero azar que sea un título de un medio de prensa en lengua inglesa. De la Facultad de Psicología de la Universidadde Buenos Aires, por citar un ejemplo, no podría estar hablando el citado periódico.
Evidentemente este tipo de cosas son el resultado del hecho de que la influencia de Freud no se haya restringido al ámbito de una especialidad, como parece ser lo 'esperable' por algunos.
Tal vez uno podría preguntar ¿será que es justamente en la Psicología donde la influencia ha sido menor? y hasta creer que se está demarcando uan especie de paradoja. No creo que esto pueda ser tomado por sostenible. Pero antes consideremos algunos comentarios extraídos de un post del blog sinembargok.blogspot.com.
Allí se enuncia, a propósito del Moisés de Freud, que él "sabía que todo lo que en ese libro tenía que ver con el psicoanálisis ya estaba dicho". E incluso, respecto de su retórica que: "Leerlo es un placer estético y lógico incluso para quienes tienen al psicoanálisis por un cuento, y quizás precisamente para estos la lectura de Freud les resulte más placentera que para los demás."
El tema está, pues, en qué significa tener por cuento al psicoanálisis, con lo cual el asunto se traslada a qué lectura se hace de lo escrito por Freud. Veamos el ejemplo del Edipo. ¿Es un cuentito? ¿Es la estructura subyascente al cuentito?
Sin duda, muchos concordarán en que el Edipo más que cuento o que estructura es una metáfora. Metáfora de la estructura, si se desea, pero no lo sé. Tomarlo por otra cosa, e.g. por la manifestación en la evolución individual del hombre de una ley natural, no parece preparar una lectura placentera, podría decirse con verdad, y creo que sin duda a eso se refería el citado blog.
Ahora bien, el psicoanálisis no se limita a ser una lectura, pues en esencia es una praxis, aunque podría decirse que influida muy particularmente por los conceptos que sirvan para tener una idea de ella.
Pero, como comentamos, el miramiento por el placer no es un fin del análisis, como sí puede serlo del arte, por poner un ejemplo.
Lo que sí llama la atención es la particularidad de la influencia de Freud entre algunos de sus continuadores que promovieron el yo a costa de lo que podría llamarse, para hablar rápido, un rebajamiento del sujeto. Hablando de ello al responder a estudiantes de filosofía, Lacan dijo:
"Este accesorio en desuso, para llamarlo por su nombre, el yo, que quedó como mero estandarte dentro de la psicología misma cuando esta pretendió ser un poco más objetiva, ¿por qué azar tomó relevancia allí dónde se habría esperado que la crítica fuera retomada a partir del sujeto?
"Esto sólo se concibe por el deslizamiento que sufrió el psicoanálisis al verse confrontado a la explotación gerencial de la psicología, especialmente en sus modos de reclutamiento para los empleos
"El yo autónomo, la esfera libre de conflictos propuesta como un nuevo Evangelio por Heinz Hartmann al círculo de Nueva York, no es sino la ideología de una calse de inmigranes deseosos de los prestigios que regenteaban la sociedad de europa central, cuando con la diáspora de la guerra tuvieron que instalarse donde los valores se sedimentan conforme a la escala del income tax."¹
Así, fue por el lado de la praxis que llegó a promoverse toda una dirección que movió a la crítica, si cabe la palabra, de Jacques Lacan. Esto parece servir para hacer notorio el valor que tiene para cualquier praxis la interrogación por la ética.
_______
1. Cf. Lacan, J., Otros Escritos, Paidós 2012, p. 221.
No parece un mero azar que sea un título de un medio de prensa en lengua inglesa. De la Facultad de Psicología de la Universidadde Buenos Aires, por citar un ejemplo, no podría estar hablando el citado periódico.
Evidentemente este tipo de cosas son el resultado del hecho de que la influencia de Freud no se haya restringido al ámbito de una especialidad, como parece ser lo 'esperable' por algunos.
Tal vez uno podría preguntar ¿será que es justamente en la Psicología donde la influencia ha sido menor? y hasta creer que se está demarcando uan especie de paradoja. No creo que esto pueda ser tomado por sostenible. Pero antes consideremos algunos comentarios extraídos de un post del blog sinembargok.blogspot.com.
Allí se enuncia, a propósito del Moisés de Freud, que él "sabía que todo lo que en ese libro tenía que ver con el psicoanálisis ya estaba dicho". E incluso, respecto de su retórica que: "Leerlo es un placer estético y lógico incluso para quienes tienen al psicoanálisis por un cuento, y quizás precisamente para estos la lectura de Freud les resulte más placentera que para los demás."
El tema está, pues, en qué significa tener por cuento al psicoanálisis, con lo cual el asunto se traslada a qué lectura se hace de lo escrito por Freud. Veamos el ejemplo del Edipo. ¿Es un cuentito? ¿Es la estructura subyascente al cuentito?
Sin duda, muchos concordarán en que el Edipo más que cuento o que estructura es una metáfora. Metáfora de la estructura, si se desea, pero no lo sé. Tomarlo por otra cosa, e.g. por la manifestación en la evolución individual del hombre de una ley natural, no parece preparar una lectura placentera, podría decirse con verdad, y creo que sin duda a eso se refería el citado blog.
Ahora bien, el psicoanálisis no se limita a ser una lectura, pues en esencia es una praxis, aunque podría decirse que influida muy particularmente por los conceptos que sirvan para tener una idea de ella.
Pero, como comentamos, el miramiento por el placer no es un fin del análisis, como sí puede serlo del arte, por poner un ejemplo.
Lo que sí llama la atención es la particularidad de la influencia de Freud entre algunos de sus continuadores que promovieron el yo a costa de lo que podría llamarse, para hablar rápido, un rebajamiento del sujeto. Hablando de ello al responder a estudiantes de filosofía, Lacan dijo:
"Este accesorio en desuso, para llamarlo por su nombre, el yo, que quedó como mero estandarte dentro de la psicología misma cuando esta pretendió ser un poco más objetiva, ¿por qué azar tomó relevancia allí dónde se habría esperado que la crítica fuera retomada a partir del sujeto?
"Esto sólo se concibe por el deslizamiento que sufrió el psicoanálisis al verse confrontado a la explotación gerencial de la psicología, especialmente en sus modos de reclutamiento para los empleos
"El yo autónomo, la esfera libre de conflictos propuesta como un nuevo Evangelio por Heinz Hartmann al círculo de Nueva York, no es sino la ideología de una calse de inmigranes deseosos de los prestigios que regenteaban la sociedad de europa central, cuando con la diáspora de la guerra tuvieron que instalarse donde los valores se sedimentan conforme a la escala del income tax."¹
Así, fue por el lado de la praxis que llegó a promoverse toda una dirección que movió a la crítica, si cabe la palabra, de Jacques Lacan. Esto parece servir para hacer notorio el valor que tiene para cualquier praxis la interrogación por la ética.
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1. Cf. Lacan, J., Otros Escritos, Paidós 2012, p. 221.
domingo, 23 de junio de 2013
Comentario respecto del falo según Lacan
«¿Quién no se da cuenta de que el mito de Edipo resulta necesario para designar lo real? Porque es exactamente necesario lo que él pretende hacer. O, más exactamente, aquello a lo que el teórico se limita cuando formula este hipermito, es a que lo real, hablando con propiedad ¿se encarna en qué? ¿en el goce sexual como qué? Como imposible, puesto que el edipo señala el ser mítico cuyo goce, su goce propio, ¿sería el de qué? El de todas las miujeres.
Que semejante aparato se imponga aquí, de algún modo por el discurso mismo, ¿no es la coincidencia más segura entre lo que enuncio como teoría relativa al preponderancia del discurso y todo lo que se refiere precisamente al goce? La teoría analítica articula algo cuyo carácter aprehensible como objeto es lo que designo con el objeto a, en la medida en que, por cierto número de contingencias orgánicas favorables, seno excremento, mirada o voz, ocupan el lugar definido como plus-de-gozar.
¿Qué enuncia la teoría sino que la relación con este plus-de-gozar es esencial para el sujeto? En nombre de esta relación, la función de la madre se vuelve preponderante en toda nuestra observación analítica. A decir verdad, el plus-de-gozar solo se normaliza por una relación que se establece con el goce sexual, teniendo en cuenta que este goce no se formula, no se articula más que por el falo, en la medida en que es su significante. Alguien escribió un día que el falo sería el significante que designaría la falta de significante. Es absurdo, nunca articulé nada semejante. El falo es propiamente el goce sexual por cuanto está coordinado con un semblante, es solidario de un semblante.»
J.L. S.18 C.II, 32.
miércoles, 24 de abril de 2013
Recordar, repetir, reelaborar, segunda parte.
En la primera parte de este post, habíamos dicho que según Freud lo que repite es «todo cuanto desde las fuentes de su reprimido ya se ha abierto paso hasta su ser manifiesto: sus inhibiciones y sus actitudes inviables, sus rasgos patológicos de carácter» y agrega que «además, durante el tratamiento repite todos sus síntomas».
En ese punto, prosigue, se advierte que con la compulsión de repetición antes que un hecho nuevo se obtiene una concepción más unificadora (einheitlichere Auffassung [p.8]), que la condición de enfermo del analizante no puede cesar con el inicio del análisis y además que no debe tratarse su enfermedad como un episodio histórico sino como un poder actual: "Esta condición patológica va entrando pieza por pieza dentro del horizonte y del campo de acción de la cura, y mientras el enfermo lo vivencia como algo real-objetivo y actual, tenemos nosotros que realizar el trabajo terapéutico, que en buena parte consiste en la reconducción al pasado" [1].
Pero advierte que «hacer repetir» −según la técnica resultante del abandono de la hipnosis− equivale a convocar un fragmento de vida real, lo cual no es ni inofensivo ni carente de peligro, pues de ahí surge el problema del "«empeoramiento durante la cura»"[2]. Antes del análisis, lo común es frente al síntoma, la política del avestruz, mientras se desprecia como algo sin sentido y se lo menosprecia, se procede reprimiendo sus exteriorizaciones. Pero la cura requiere "que el paciente cobre el coraje de ocupar su atención en los fenómenos de su enfermedad"[3]. Ya no será algo despreciable sino un digno oponente. Esta tolerancia a la condición de enfermo puede explicar en parte al agudizamiento de los conflictos y la emergencia al primer plano de los síntomas. Pero otra cosa es que la resistencia pretenda sacar provecho de la situación abusando de "permiso de estar enfermo"[4]. Es como si la represión lo aprovechara para decir "¡Ahora ven qué es lo que pasa cuando bajo la guardia!". Asimismo, la repetición podrá ejercerse sobre mociones pulsionales que aún no habían logrado abrirse paso, y también se corre el riesgo de que tenga lugar fuera de la transferencia, produciendo efectos duraderos.
Lo que responde a los problemas que se plantean entonces es que la repproducción en un ámbito psíquico sigue siendo la meta (según el modelo de la hipnosis) "aunque se sepa que con la nueva técnica no se lo puede lograr"[5]. Se procura así "retener en un ámbito psíquico" lo impulsos de los que él querría una descarga motriz (un pasaje al acto, según la expresión actual), tramitándolos "mediante el trabajo del recuerdo". Así es como se justifica el consejo de no embarcarse en proyectos de importancia vital durante el análisis.
Tal vez a los fines de clarificar esto cita un ejemplo fallido en que una repetición produjo la interrupción de una cura, "antes que yo hubiera tenido tiempo de decirle algo capaz de impedirle esa repetición"[6]. Pero ¿a qué recurrir entonces en un momento así? Se le da libertad, a la repetición, a deplegarse en el terreno de la transferencia, siempre que se respeten las condiciones de existencia del tratmiento, para así "dar a todos los síntomas un nuevo significado transferencial", o sea sustituyendo "su neurosis ordinaria por una neurosis de transferencia"[7]. Vemos aquí que se apela en cierto modo a un optimismo, pero no por ello el problema deja de estar delimitado. Pero agrega al escrito un comentario adicional.
Se refiere entonces a cierta inclinación, que atribuye a los principiantes del análisis, de confundir el "discernimiento y comunicación" de la resistencia, que es el comienzo de su análisis, con el análisis en su totalidad. En supervisiones se le referían casos donde ningún caso se hacía de las indicaciones del médico en tal sentido. Lo que así se olvida, dice, es que "nombrar la resistencia no puede producir su cese inmediato. Es preciso dar tiempo al enfermo para enfrascarse en la resistencia, no consabida para él, para reelaborarla"[8]. Nótese que, según Strachey Freud modificó en este punto su texto. En la primera edición, decía, respecto de la resistencia en la que se dejaba al enfermo enfrascarse, que le era, ahora, conocida (con su nombramiento). Es evidentemente diferente enfrascarse en algo que es conocido que en algo que no lo es. Tal resistencia, prosigue, no puede ser evitada ni apurada.
El lector puede seguir leyende sobre este tema en este otro post.
____
1. Freud, “Recordar repetir reelaborar”, en O.C., T12 Aorrortu, p.153.
2. Ibíd., p.154.
3. Ibíd.
4. Ibíd.
5. Ibíd., p.155.
6. Ibíd.
7. Ibíd., p.156.
8. Ibíd., p.157.
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